María Sofía Vassallo y su equipo del proyecto “Formación artística y compromiso social 3. Institucionalización, articulación y fortalecimiento de prácticas educativas solidarias en la universidad” formaron parte del dictado del seminario de posgrado “Extensión, arte y territorio. Herramientas para pensar las prácticas artísticas en contexto” organizado por las Secretarías de Extensión, de Posgrado y de Egresados de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba durante el primer cuatrimestre de 2021.
Con un equipo docente formado por expertos de distintas universidades nacionales y latinoamericanas y destinado a graduados, profesores y trabajadores no docentes de la facultad, propició debates teórico-metodológicos estratégicos en torno a la especificidad de la extensión en artes y su necesaria curricularización, la presentación de proyectos cordobeses en curso (sostenidos a pesar de la pandemia) y la producción de nuevas propuestas.
Con la coordinación general de Lucía Rinero, Secretaria de Extensión, el equipo docente estuvo integrado por los profesores de la UNC, Sandra Gezmet, Claudio Díaz, Silvia Ávila y Marina Yamila Yazyi; de la Universidad Nacional de las Artes, María Sofía Vassallo; de la Universidad Nacional de Avellaneda, Rodrigo Ávila Huidobro y Liliana Elsegood (Secretaria de Extensión Universitaria y Coordinadora Nacional de la Red de Extensión Universitaria); de la Universidad de la República (Uruguay), Humberto Tommasino (miembro de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria) y de la Universidad de Costa Rica, Oscar Jara Holliday (fundador y director del Centro de Educación Popular Alforja y presidente del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe). Además, Marihem Soria (Directora de Cultura Viva, Municipalidad de Córdoba), Guillermo Zurita (Coordinador de Red de Orquestas Barriales) y María José Schule (Teatro Comunitario Orilleros de la Cañada) presentaron potentes proyectos en curso desarrollados a partir de lo que se conoce como Cultura Viva Comunitaria.
Frente a los enormes desafíos del momento histórico que vivimos, urge repensar el rol de las universidades nacionales, como parte del Estado, en relación con el desarrollo soberano del país en el marco de la presente crisis mundial. En los últimos años ha crecido la conciencia acerca de la responsabilidad de las instituciones de educación superior en cuanto a generar conocimientos y recursos para atender necesidades sociales y propiciar el crecimiento autónomo. Esta responsabilidad aumenta en las universidades públicas en las que los estudiantes que están en condiciones de ingresar y permanecer son una minoría y los estudios de esa minoría son financiados por el Estado, es decir, por los impuestos de todos, incluso de los más desposeídos. Así es que varias universidades nacionales avanzan en la institucionalización de prácticas educativas solidarias diseñadas, específicamente, con ese fin.
En la Argentina y en toda América Latina existe una larga tradición de pedagogías emancipadoras fundadas en las culturas de nuestros pueblos que cultivan singulares formas de participación comunitaria y producción de proyectos colectivos. Desde sus inicios, en el seno de la UNA, se han desarrollado experiencias de producción artística colectiva en comunidad. Sin embargo, no todo los planes de estudio admiten estas prácticas como experiencias de aprendizajes curriculares. Aún así se realizan esfuerzos sostenidos para construir y consolidar estos espacios.
El proyecto Formación artística y compromiso social 3. Institucionalización, articulación y fortalecimiento de prácticas educativas solidarias en la universidad (2020-2021), dirigido por María Sofía Vassallo y radicado en el Instituto de Investigación y Experimentación en Arte y Crítica, trabaja en el diseño de estrategias para la curricularización progresiva de experiencias de extensión en artes en la UNA, formas de articulación que habiliten el intercambio y la socialización de las experiencias, para derribar los muros invisibles que separan distintas carreras dentro de un mismo departamento y/o entre los distintos departamentos. La comunidad de aprendizaje y la participación intensa que se produce en este tipo de prácticas puede re-unir al archipiélago UNA, fortalecer el sentido de pertenencia a la institución y producir un profundo y sostenido impacto transformador tanto dentro como fuera de la universidad.